Aunque el fitoplancton es su alimento preferido, los mejillones Dreissenas pueden filtrar y consumir bacterias como fuente de alimento. Sin embargo, cuando un mejillón cebra o quagga ingiere densidades artificialmente altas de la cepa CL145A, una toxina dentro de estas células bacterianas destruye el sistema digestivo del mejillón.
Las células muertas son tan letales como las células vivas, lo que proporciona una clara evidencia de que los mejillones mueren por una toxina, no por una infección. Zequanox, nuestro molusquicida basado en este microbio, contiene únicamente células muertas, reduciendo así, aún más, el mínimo impacto en el medio ambiente |
¿Por qué habría que usar un microbio no parasitario, no infeccioso, como las especies bacterianas de agua de suelo, Pseudomonas protegens, para servir como una estrategia innovadora y novedosa ene el control del mejillón en instalaciones de generación de energía? ¿Suena ilógico?
Es ampliamente aceptado que la detección de diversos bioquímicos encontrados en especies de plantas tropicales es una actividad que vale la pena debido al descubrimiento de medicamentos que pueden prevenir o curar enfermedades animales, particularmente cánceres. Sin embargo, la producción de estos productos bioquímicos no evolucionó en estas plantas para este propósito, y el efecto de estas sustancias vegetales en las enfermedades animales, aunque fortuito, es pura coincidencia. Usando la misma lógica, también podemos buscar en los microorganismos bioquímicos únicos o toxinas que tengan el potencial de ser biopesticidas altamente selectivos. |